Hay pocos momentos tan importantes para la publicidad mundial como el Super Bowl. Son esos 20-30 minutos donde todos quienes integramos el medio, paramos todo lo que estamos haciendo para ver fijamente la pantalla y saber qué marca nos va a sorprender y cómo.
No es la primera vez que alguien juega con el formato de los comerciales del medio tiempo. Ya anteriormente, Miller había hecho 30 comerciales separados de 1 segundo, Tide se “coló” en comerciales de otras marcas y Old Milwaukee incluso hizo un one shot con Will Ferrer caminando a cámara por 25 segundos sin siquiera terminar de mencionar su producto.
Pero tener a un spokeperson grabándose en su smartphone, con una resolución bajísima, en el formato incorrecto, con una producción de cero pesos, sin guion ni product shots, eso sí que no lo habíamos visto nunca. Sin embargo, puede que no sea la última vez que lo veremos.
Y es que a tan solo 12 horas de haber lanzado una pieza que le costó 7 millones de dólares pautar, Ye ya había obtenido ganancias por 19.3 millones de dólares1, de acuerdo con datos de The Economic Times.
Esto no sólo no tiene precedentes, sino que sienta uno nuevo: existen millones de personas allá afuera a quienes solo les interesa lo que vendes, no cómo lo hagas. Estamos viviendo un momento donde el “show and tell” se está convirtiendo en un “just show me”. Es también por eso que hace unos días, Mark Zuckerberg realizó una comparativa de lo nuevo visor de Apple con los Quest 3 de Meta en un sencillo, pero conciso video que terminó por promocionar su producto.
Con esto en mente:
¿Dejamos en este momento de producir piezas con una alta calidad audiovisual?
¿Deberíamos de grabarnos en medio de la noche promocionando nuestra nueva línea de
pastelitos azucarados?
¿Todo el mundo puede realizar un contenido increíblemente viral con solo grabarse?
La respuesta no puede resumirse a un “sí” o un “no”. Como todo en la vida, el contexto es clave.
Después de todo, antes de que Adidas terminara su relación con él, Ye tenía un valor neto de 2 billones y Mark lleva años construyendo una de las marcas más grandes de la historia. Así que no estamos hablando de “simples mortales”, sino de personas que pueden hacer este tipo de cosas y aun así tener una repercusión mundial enorme.La lección que todos deberíamos de tomar de este fenómeno es el uso de las fortalezas propias, como en este caso, el nombre o la reputación. Son esas fortalezas las que nos darán la respuesta para saber cuál será el siguiente contenido con el que la romperemos como marca.
¿Cómo utilizarás tus fortalezas para realizar comunicación en esta nueva escena publicitaria? ¿Cómo sería tu comercial del Super Bowl del año que entra?