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Un estudio de Ipsos señala que el 29 por ciento prefiere pagar un poco más por una marca con compromiso social difundido.
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Sólo 30 por ciento de las empresas cree necesario comunicar sus propósitos corporativos a los consumidores.
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Del total de empresas mexicanas, un 80 por ciento mide la comunicación externay 55 por ciento evalúa la comunicación interna, según datos de DataReportal, Hootsuite, We Are Social y GWI.
En un contexto en el que la optimización de recursos es el objetivo principal de las empresas, junto con la forma en que transmiten sus valores y operaciones, la sencillez se apuntala como la principal tendencia a seguir este 2023 en comunicación corporativa.
De acuerdo con el último estudio de LLYC, que engloba la visión dedistintos expertos de España, Brasil, Colombia y México, uno de los retos que se vislumbran este año es el crecimiento de la polarización política que “salpica” a las compañías y a todo ecosistema relacionado con las relaciones públicas, lo que acrecenta la necesidad de explorar las ventajas de la digitalización y generar propósitos en coyuntura y de relevancia para las nuevas generaciones.
Simplicidad, base de la comunicación corporativa en 2023
El último informe de LLYC “Tendencias de la comunicación corporativa en 2023” revela un punto importante a considerar en las estrategias de contención de costos de las compañías locales y globales, sobre todo al estudiar a sus audiencias.
Y es que, según los resultados, las empresas de hoy tienen que centrar sus esfuerzos en proyectos de comunicación corporativa que realmente generen impacto en su público y se traduzcan en acciones de valor y sostenibles a largo plazo.
“La mejor inversión de tiempo y recursos es comprender el momento externo e interno de cada compañía, identificar las brechas que existen y destinar ahí los mayores esfuerzos”, dice el análisis.
En medio de la incertidumbre económica, geopolítica y social que atraviesa el mundo, las cuatro naciones coinciden en una necesidad común: regresar a los orígenes de comunicar hechos, operaciones, valores y emociones.
La simplicidad es, en este caso, la base para que una comunicación corporativa logre su eficiencia en esta era de hiperconexión, por lo que la industria en general tiene que replantear sus mensajes y apostar por lo más sencillo sin renunciar a la innovación o los riesgos.
“Años críticos como el que tenemos por delante también nos ofrecen buenas oportunidades para demostrar el valor estratégico de la comunicación para el negocio y, así, conquistar el espacio estratégico que también le corresponde en la toma de decisiones de la empresa”, expone Nieves Álvarez, Directora Senior de Comunicación Corporativa en LLYC.
De acuerdo con los investigadores a cargo del primer estudio del año lanzado por la consultora española, los recientes avances tecnológicos de la información y las tendencias digitales y virtuales que se esperan en 2023 tienden a buscar la sencillez y la simplicidad de lo esencial, es decir, haciendo que el consumidor pueda acceder a sus usos sin perder mucho tiempo o frustrarse en el proceso.
Por ello, LLYC identificó cuatro principales tendencias que los expertos en RP trazan para este año en el ámbito de la comunicación corporativa y que, a su parecer, son un reflejo de la realidad global y se centran especialmente en América Latina y Europa:
- Del “lavado de imagen” al activismo corporativo real y atemporal: Utilizar fechas conmemorativas o especiales para proyectar una opinión o posicionarse sobre algunos de los desafíos a los que se enfrenta la sociedad es algo habitual en las organizaciones. Este activismo, sin embargo, no siempre es coherente con el propósito, los valores y la esencia de la empresa, sino que, muchas veces, solo es fruto de su necesidad de posicionarse y visibilizarse en las conversaciones globales. Y esto puede revelar inconsistencias entre lo que la marca hace internamente y lo que defiende públicamente.
En una encuesta realizada por la Asociación de Directores de Comunicación de Panamá (Dircom Panamá), el 83% de los encuestados afirmó que concebía las empresas como una poderosa plataforma desde la que hablar de importantes desafíos sociales y contribuir a su solución. En la actualidad, además, el consumidor ya no quiere sólo el producto o servicio, sino que buscan el compromiso de las empresas con una serie de valores sociales, medioambientales y políticos con los que se identifican.
- El impacto de la polarización política en el desarrollo empresarial: En los últimos años, la extrema polarización política ha dificultado la gestión de las empresas que operan en sectores muy regulados o que tienen gran visibilidad entre los consumidores más politizados. A diferencia del activismo corporativo que se alinea con el propósito de las empresas, el activismo político alimentado por la polarización exige un posicionamiento que no siempre se alinea directamente con las acciones de las empresas.
Este posicionamiento corre el riesgo de convertirse en “populista”, de constituirse para desagradar a un lado o al otro, independientemente de los hechos.
- Relaciones públicas que son, cada vez más, relaciones digitales: Aunque la pandemia parece lejana, algunos de sus efectos se siguen sintiendo. Es el caso de la drástica reducción de las actividades presenciales en las relaciones públicas. Así, los periodistas son cada vez más reacios a asistir a ruedas de prensa o a reuniones individuales, y prefieren conectarse digitalmente, incluso cuando el tema en cuestión es interesante y de relevancia.
- Estrategias de comunicación más simples para un mundo más complejo: Uno de los mayores desafíos que se presentan para la comunicación empresarial en 2023 es cómo lograr un mayor impacto con menos recursos y actividades. Con un 25% de posibilidades de que el PIB mundial crezca menos del 2% en 2023 según el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que se percibirá como una recesión global, y la continuidad en las políticas de recortes, especialmente en el sector tecnológico, las empresas deben centrar sus esfuerzos en proyectos auténticos que generen impacto en sus audiencias y que puedan traducirse en acciones sostenibles a largo plazo.
Los expertos de la agencia de comunicación global nos explican cómo este tipo de movimientos corporativos pueden influir en la manera en que las empresas y sus líderes comunican su forma de ver al mundo y de relacionarse con él.
Según los indicios de 2023, con el primer mes cerrando, se puede decir que el siguiente paso de la comunicación debe basarse en la búsqueda de la sencillez, pues este no es el mejor año para dar saltos audaces o asumir riesgos fruto de una mala planificación.
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