Pocas emociones son tan primitivas como el miedo, un mecanismo evolutivo vital para garantizar la supervivencia. El miedo es la respuesta natural e inevitable ante una situación que resulta amenazante.
El problema comienza cuando el miedo no supone una amenaza real, cuando nos congela, cuando nos paraliza y nos controla. En estos casos, el miedo se convierte en fobia, un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos, acciones o situaciones concretas.
El miedo al miedo se puede convertir, incluso, en un ataque de pánico que impide a la persona llevar a cabo cierta actividad.
La glosofobia se refiere al miedo de hablar en público y, según la clínica Mayo, la padece más del 75% de la población mundial.
En los cursos que imparto en corporativos, he notado que las manifestaciones más comunes del miedo a hablar en público son:
● Sudoración
● Pena
● Taquicardia
● Sonrojarse
● Temblor
● Miedo a olvidar lo que se quiere decir
● Cambios en la voz
Lo interesante es que todos estos miedos se detonan, principalmente, por tener miedo a equivocarse, miedo a ser juzgados y miedo a hacer el ridículo.
Una vez que entendemos que no existe la perfección y que todos somos vulnerables, podemos empezar a trabajar con técnicas que nos ayuden a disminuir los síntomas de malestar al hablar en público.
El primer paso es aceptar que sentimos miedo y detectar cómo se manifiesta en nuestra mente y en nuestro cuerpo, ya que cada individuo es único.
La ansiedad anticipada es aquella que se siente antes de que suceda el evento y puede aumentar los síntomas relacionados a la glosofobia; es importante tratar dicha ansiedad también.

Algunos consejos que les puedo dar son:
● Conoce bien el tema del cual hablarás
● Organízate; una buena preparación es esencial
● Practica idealmente 3 días antes de tu presentación
● Enfrenta tus preocupaciones específicas
● Visualiza tu éxito
● Lleva a cabo ejercicios de respiración antes y durante tu presentación
● Concéntrate en tu material, no en el público
● No tengas miedo a los momentos de silencio
● Reconoce tus fortalezas
● Busca apoyo
Los cursos interactivos son de gran beneficio ya que te dan la oportunidad de hacer un autodiagnóstico, al mismo tiempo que otros integrantes del curso te dan su retroalimentación y viceversa.
Finalmente, el miedo no puede, ni debe desaparecer ya que lo necesitamos para generar adrenalina. El reto es controlarlo y, como se dice en inglés, “Feel the fear and do it anyway.”