Aquellos que hemos liderado o hecho parte de procesos empresariales en otros países, podemos dar fe de las amplias diferencias que pueden existir a comparación de nuestro lugar de origen. Todas las naciones tienen características que los diferencian entre unas y otras, por lo que es vital conocer con detalle cada uno de los factores que pueden determinar el éxito o fracaso al expandir nuestros negocios en el exterior.
Generalmente estos procesos requieren un asesoramiento de expertos en distintas áreas, y aunque puede representar un reto enorme lleno de riesgos e incertidumbres, para muchos es la gran oportunidad que esperan para llevar su empresa a otro nivel. Podemos reunir en cuatro grandes grupos los aspectos necesarios para evaluar, planear y ejecutar nuestra estrategia de negocio y dar el paso en otros países con mayor firmeza.
El Mercado:
Posiblemente cuando se ha tomado la decisión de hacer negocios en otros países es porque se sabe que puede ser provechoso para el crecimiento de la empresa; sin embargo, nunca está de más recordar la importancia de estudiar el mercado a donde se va a llegar. Existen distintos hábitos en el consumo de cada región en el mundo, por lo que el comportamiento de los clientes, intereses y necesidades pueden variar dependiendo de su nacionalidad.
Entender estos cambios nos permite saber de antemano, si nuestro negocio realmente encontrará una amplia base de clientes que requiera de nuestros bienes o servicios, y tener una estrategia de marketing especializada y dirigida al público objetivo. De esta manera, la imagen de una empresa extranjera puede ser vista mucho más orgánica y eficiente por las personas.
Requisitos legales:
Sabemos que las leyes son distintas y que cada Estado estipula sus reglas de juego, para que las empresas extranjeras tengan no solo los requisitos necesarios para llevar a cabo sus operaciones en el territorio, sino también de los beneficios que pueden tener al contribuir en el desarrollo económico interno. En este punto es importante conocer los procesos burocráticos, la normativa tributaria, los trámites de importaciones y exportaciones, formas de contratación y hasta regulaciones medioambientales que determinarán cómo debe funcionar su negocio en dicho gobierno.
Teniendo claros los derechos y deberes que se tienen como empresario, las operaciones de los negocios realizados en el exterior pueden ser llevadas de la mejor manera para evitar problemas legales, facilitar las alianzas comerciales y hasta ser reconocidos por sus buenas prácticas frente a la competencia.
Características del país:
Hoy en día existen muchos aspectos necesarios para poner en marcha las actividades de una empresa como lo es: la logística, el acceso a materias primas, la conectividad a internet, entre muchas otras. Saber si el país en el que vamos a realizar nuestros negocios cuenta con los recursos y servicios necesarios para llevar a cabo nuestras operaciones, puede ser un punto decisivo a la hora de tomar una decisión, ya que, una mala evaluación de este punto, puede derivar en sobrecostos o rupturas en las cadenas de producción.
Si la empresa está más enfocada al comercio, necesita una buena infraestructura para movilizar su mercancía, por lo que deben analizar cuántos puertos marítimos hay en dicho país, la capacidad de sus aeropuertos, el desarrollo vial o ferroviario, etc. Este tipo de características, pueden facilitar o dificultar sus operaciones. Por otro lado, las industrias especializadas en la producción deben contemplar la geografía, el clima o estaciones y acceso a recursos naturales pueden ser decisivos; mientras que aquellas que se dirigen a un consumidor final se deben fijar en características demográficas o incluso en indicadores de desarrollo social.
Impacto Cultural:
Cuando hacemos negocios en otras naciones, realmente nos estamos relacionando con personas que representan a una empresa. Cada uno de nosotros tenemos distintas formas de ver el mundo, creencias, valores, idiomas y hábitos que han sido adquiridos por la historia, la tradición y la cultura asociada al lugar en el que nacimos o vivimos.
Tener en cuenta partes de nuestro comportamiento, como la puntualidad o la presentación personal; nuestro lenguaje corporal y el contacto físico; las fechas importantes o celebraciones que determinan el ritmo de las negociaciones; y hasta temas sensibles o censurables pueden impactar en la imagen que proyectamos a las personas con las que haremos negocios, alianzas o convenios, y por ende el éxito que podamos llegar a tener. Entender y respetar estas expresiones de diversidad, que pueden ser muy distintas a nuestro día a día, es un punto clave a la hora de llevar su empresa a otras fronteras.
